Cualidades del azúcar:

  • Alimenta las células cancerígenas
  • Depresión crónica
  • Detona insulina
  • Diabetes tipo 2
  • Obesidad
  • Destroza el endotelio arterial provocando obstrucción y muerte
  • Anula nuestro centro de saciedad (no podemos detectar cuando estamos llenos)
  • Crea adictos fieles y síndrome de abstinencia al nivel de la cocaína

¡Y la Industria lo sabe! Y lo aprovecha…

El azúcar técnicamente conocida como sacarosa, es un disacárido: un hidrato de carbono formado a partir de la unión de dos azúcares monosacáridos como la glucosa y la fructosa.

No engordamos por la cantidad de calorías que consumimos, engordamos por la cantidad de insulina que detonamos

Hace tan solo 300 años, los habitantes de este bello planeta consumían una media de 2kg. de azúcar al año. Hoy día este consumo ha aumentado entre 45kg a 80kg. La mayor parte de esta ingesta, ya ni siquiera proviene de la caña de azúcar, sino del jarabe de máiz (más barato y abundante). Este azúcar proveniente del maíz, detona todavía mayores cantidades de insulina en nuestro organismo. ¿Y cuál es el problema?

El problema es justamente La insulina. Esta hormona fabricada por las células beta del páncreas, se encarga de hacer que la glucosa entre en la célula para transformarla en energía y que el sobrante se transforme en grasa a modo de reserva. Dado que la cantidad de azúcar que ingerimos no la utilizamos para “cazar mamuts”, tendremos un exceso extraordinario de grasa visceral. Esta grasa es la que rodea nuestros órganos, no es la grasa subcutánea. Y genera un entorno inflamatorio y falto de oxígeno que propicia la aparición de cáncer (entorno fermentativo) y obesidad entre otras enfermedades.

La glucosa es el alimento del cáncer

Es sabido que las células cancerígenas consumen glucosa como combustible para crecer y reproducirse. ¿Por qué no cortar este proceso antes de que suceda?

La explicación de este fenómeno se la debemos al Dr. Otto Warburg, Premio Nobel en Medicina en 1931, quien descubrió por primera vez que las células cancerígenas tienen un metabolismo energético diferente al de las células sanas. A diferencia de las células sanas, que pueden alimentarse tanto de glucosa como de cuerpos cetónicos; el cáncer se alimenta de glucosa, pero ésta glucosa no se transforma en ATP ( Energía) sino que fermenta en la propia célula, produciendo “ ácido láctico “ como deshecho, así el tumor tiene un ph más ácido, lo cual genera un terreno fértil para su desarrollo, así les confiere a estas células, la propiedad por un lado de ser más agresivas y más resistente a los tratamientos.

Cada 8 segundos muere una persona de diabetes en el mundo y en España mueren 25.000 personas al año. ¿Hablamos de pandemia?

La diabetes nos cuesta alrededor de 3000 millones de euros en sanidad y tan solo un 8% de este presupuesto se dedica a la prevención. ¿Por qué?

Cuando hablamos de diabetes tipo 2, la más frecuente, nos referimos a la que podemos revertir con tan solo cambiar nuestra alimentación y realizar ejercicio cotidianamente. Si durante mucho tiempo estamos ingiriendo grandes cantidades de azúcar, en cualquiera de sus formas (dulces, pastas, granos, cereales etc), nuestro páncreas está secretando constantemente insulina para regular nuestra glucosa en sangre. Esto hace que los receptores de insulina que se encuentren en la célula, aquellos que permiten la entrada de glucosa para convertirla en energía, comiencen a dormirse y no permiten la entrada de dicha glucosa. Lo que sucede realmente es que tenemos constantemente glucoproteínas circulando en sangre, o sea proteínas unidas a glúcidos, formando una sangre espesa y caramelizada, que se pegotea en los receptores de insulina celulares. Este proceso se llama glicocilación. De esta manera nos volvemos resistentes a la insulina y como nuestra glucosa en sangre continúa alta, nuevamente el páncreas segrega insulina y nuestros receptores siguen sin responder. Este círculo vicioso hace que al final el páncreas comience a fallar y deje de producir la insulina que en un principio requeríamos. En conclusión podríamos decir que quitando el azúcar de nuestra dieta y realizando 40 minutos de ejercicio al día podríamos dejar de ser diabéticos tipo 2.

Nos volvemos tolerantes al consumo de azúcar y entonces nuestro cerebro necesita cada vez mayores dosis para generar la misma cantidad de dopamina (felicidad).

Cuando comemos azúcar, se iluminan las mismas zonas de nuestro cerebro que cuando consumimos cocaína o alcohol, generando grandes cantidades de dopamina; neurotransmisor encargado entre otras cosas de regalarnos una sensación de recompensa inmediata y bienestar. Con lo cual, la adicción a esta sustancia es tan potente como el enganche a una droga dura. Por eso, cuando queremos dejarla, el síndrome de abstinencia nos puede generar síntomas como dolor de cabeza, mareos y alteraciones fuertes del estado de ánimo. Asimismo el azúcar inhibe nuestra secreción de grelina y leptinas (nuestro centro de saciedad). Por lo tanto, podemos comer azúcar en cantidades desmesuradas, porque nunca sentiremos que estamos llenos.

¡Ya no tenemos excusa para seguir consumiendo azúcar! O sí?